Mi viaje hacia la autopublicación: cuando un NO no es el final
- aureaponcelet
- 3 feb
- 2 Min. de lectura

Siempre he creído en el poder de los cuentos infantiles. En su capacidad de sembrar ideas, despertar sonrisas y acompañar a los niños en sus aventuras diarias. Durante años, mi sueño fue ver mis historias publicadas, llegar a los hogares de muchas familias y ser parte de la infancia de pequeños lectores.
Mis primeros tres cuentos vieron la luz gracias a una editorial. Fue una experiencia maravillosa, pero también me hizo darme cuenta de lo difícil que es este mundo. Las editoriales reciben cientos de manuscritos y, al final, solo un número reducido logra ser publicado. No porque los demás no sean buenos, sino porque el espacio es limitado y las decisiones son muchas veces estratégicas.
Como escritora y mamá de dos niños de 10 y 5 años, no escribo solo por escribir. Invierto tiempo, esfuerzo y recursos en cada historia. Y cada cuento que queda en un cajón no es solo un archivo en mi ordenador, sino un pedazo de imaginación y cariño que merece ver la luz. Así que decidí dar un paso más allá.
Apostar por la autopublicación
Cuando una editorial dice "no", no significa que la historia no valga la pena. Significa que no encajaba en ese momento, en ese catálogo, en esa decisión editorial. Pero mis cuentos sí tienen un lugar: en las manos de los niños que disfrutarán de ellos.
Por eso, he decidido autopublicar los cuentos que han sido rechazados. No quiero que se pierdan en el olvido. Quiero compartirlos, darles vida, permitir que otros los descubran.
Mi primer cuento autopublicado se titula "El duende de los trastos abandonados", una historia sobre el desorden, la magia y un pequeño duende que enseña a los niños una importante lección. Es un cuento con humor, aventuras y ese toque especial que me encanta incluir en mis historias.
Para darle vida a esta historia, he tenido el honor de contar con la colaboración de Fran Ferriz, un talentoso ilustrador, diseñador y escritor freelance. Fran ha trabajado para marcas como Coca-Cola, Disney y Nickelodeon, y ha sido reconocido como uno de los 200 mejores artistas digitales del mundo por la revista Luerzer's Archive. Sus ilustraciones aportan una magia especial a mis palabras, creando un universo visual que complementa y enriquece la narrativa.
Este es solo el comienzo de mi camino en la autopublicación. Sé que es un desafío, que hay mucho por aprender y que el recorrido será diferente al de la publicación tradicional. Pero estoy emocionada, porque al final, lo que realmente importa es que mis cuentos encuentren a sus lectores.
Si eres escritor o escritora y alguna vez has sentido la frustración de un "no", quiero decirte esto: tu historia sigue siendo valiosa. Siempre hay otra forma de llevarla al mundo. Y a quienes me acompañan en este viaje, ¡gracias por leerme y por apoyar la literatura infantil independiente!
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